Segundo disco de Rulo y la Contrabanda

Os pongo en antecedentes. Rulo, que acaba de terminar la grabación del segundo disco de "Rulo y la Contrabanda", anunció hace unas semanas en facebook un concurso que consistía en dar títulos para el disco. Los ganadores iban a tener la oportunidad de ir al estudio de grabación a escuchar las nuevas canciones en primicia, meses antes de poder encontrar el álbum en las tiendas.

Yo participé. No lo hice inmediatamente, estuve unos días dándole vueltas sobre qué título poner y, al final, propuse como título el mismo que tiene este blog: ESCALERAS Y TOBOGANES. Como me imagino que habréis deducido ya, puesto que de lo contrario no escribiría ninguna entrada sobre este tema, este título estuvo entre los cinco agraciados y ayer disfruté de mi premio. Procedo a contaros la experiencia.

Imaginad que vuestro cantante / grupo / artista preferido os invita a pasar un rato junto a él en el estudio de grabación, os muestra su trabajo y lo comenta con vosotros. Bien, pues fue más o menos algo así.

Viaje desde Santander hasta Esparza de Galar (Navarra) en lo que ha sido mi segunda visita al estudio de grabación “sonido XXI”. Allí, fuimos escuchando las once canciones poquito a poco; el disco en su conjunto me gustó mucho; desde mi punto de vista, sigue siendo marca "Rulo" con los mismos tres ingredientes clave que siempre he encontrado en su música: letras sencillas que esconden un mundo, buena música "roquerilla" que las acompaña y, por su puesto, su voz. Todo esto en nuevas canciones que cuentan nuevas historias. Creo que entrar a desmenuzar canción por canción no merece la pena, cada uno tiene que encontrar sus detalles y, además, con una sola escucha puede que no me haya quedado con las cosas que luego sean más destacadas para mí cuando le haya dado varios manoseos al disco. Solo quiero reflejar un par de cosas que me llamaron más la atención. Una de las canciones que más me gustó fue "el prota" por el significado que tiene, como él dice: “lo que nunca pudo ser”. Otra de las canciones, de la que no recuerdo el título y en la que menciona Barcelona, me despertó la ligera sospecha de que está inspirada por la misma "musa" que inspiró en su día “luna de miel”.

Supongo que sobra decir (por obvio) el privilegio que supuso poder escuchar el disco con antelación, en el estudio de grabación y con el protagonista de cuerpo presente; sin embargo, no es eso lo que más valoro. A fin de cuentas, el disco estará listo en un puñado de semanas, y lo podré escuchar hasta el infinito. Lo que destaco de esta experiencia es el par de horas que estuvimos allí con Rulo y parte de su contrabanda hablando, bromeando y conociendo de primera mano ese punto de locura que tienen todas las bandas de rock and roll. Hasta la fecha, me han gustado muchos grupos de rock y con alguno que otro, gracias a haberlos seguido "musicalmente", he conocido personalmente a sus integrantes y tengo que decir que en todos los casos, lo que se vive con los grupos es mucho mejor en los pre y post conciertos que cuando están encima del escenario. Por eso, lamento no haber alcanzado a ir a conciertos de Rulo (en este caso, habría que decir de La Fuga) cuando aún se tomaban unas cervezas o un calimocho entre el público antes de subirse a cantar al escenario de un garito de 35 metros cuadrados.